La Terapia de Sanación Emocional del Niño Interior, nos permite llegar a la parte más pura y auténtica que hay en nosotros, a nuestra mejor versión.
En esta terapia investigaremos los patrones negativos que has ido creando desde el tiempo de gestación hasta tu edad actual.
Nuestro entorno social, cultural, religioso, familiar; nos condiciona y limita al generar todo un sistema de creencias.
Desde muy pequeños nos limitan cuando nos dicen:
“debes hacer…”, “no puedes hacer…”,
“esto sí”, “aquello no”,
“si puedes”, “no puedes”
y un largo etc., de limitantes.
Adicionalmente, durante el periodo de gestación también adquirimos patrones negativos que proceden de las vivencias de nuestros padres, del entorno que les rodea, de lo que sienten en un momento determinado; por otra parte, nuestra Alma trae patrones de vidas pasadas que también podemos sanar con la Terapia del Niño Interior.
Ese sistema de creencias que hemos ido formando va a dar forma a nuestros pensamientos; como resultado, los manifestamos en nuestra forma de actuar; es decir:
Según pensamos, sentimos y; según sentimos, actuamos.
Toda esa programación pone en marcha una serie de pautas de conducta que repiten a lo largo de nuestra vida y por si fuera poco, aumentan en la medida que vamos creciendo; a menos que, tomemos consciencia de ello y decidamos sanar las heridas emocionales que tiene nuestro Niño Interior.
De niños nos convertimos en adolescentes y, poco a poco, pasamos a ser adultos.
Sin embargo, dentro de ese adulto hay un niño abandonado por el adolescente y después por el adulto que se queda sin crecer.
Crecemos con todas las falsas creencias, pensamientos limitativos y sistemas de defensa que día a día toman más fuerza y, por si fuera poco, aumentan en ese proceso de convertirnos en “adultos”.
Nos convertimos en adultos…
…Cada vez más separados de nuestra esencia, de nuestra Alma y terminamos reflejando lo que realmente no somos.
Todas esas energías que se han ido creando dentro del niño interior se manifiestan a través de la personalidad, creamos sub-personalidades y máscaras emocionales para protegernos y evitar que nos lastimen; sin darnos cuenta de que hay una parte en nosotros que quiere ser rescatada para manifestar toda su perfección.
Más allá de nuestro ser físico,
Más allá de nuestros pensamientos o emociones hay un ser puro, potencialmente divino y perfecto; se trata de nuestro Niño Divino (Niño de Oro) o Niño Interior que representa nuestra Alma. Sin embargo, nuestro niño humano olvida al nacer, las cualidades del Niño Divino.
Nuestro Niño Interior tiene una parte masculina y otra, femenina. El niño representa la parte masculina de nuestra esencia y simboliza El Poder (hacer); la niña, es la parte femenina (creadora) y simboliza El Amor.
Independientemente de tener un cuerpo de hombre o mujer, se mantiene la dualidad de nuestra esencia.
Seguimos siendo una niña y un niño que esperan ser rescatados y reconectados con su esencia divina, con El Alma y así, manifestar el Potencial Infinito y Perfecto que hay en cada uno de nosotros y de esa forma; comenzar a vivir plenamente, alegres y felices.
Una vez que el adulto es consciente de la presencia e importancia de sus niños interiores y empieza a amarlos, aprende a amarse a sí mismo y a amar a los demás.
Es entonces cuando comenzamos a:
Vivir la verdadera Vida, desde la perfección de nuestra esencia y de esta forma, realizar nuestra Misión de Vida.
Recuerda,
Son Terapias Energéticas de Sanación Emocional desde El Alma para El Alma, que:
¡Aumentan tu bienestar en todas las áreas de la vida!